Se trata aún de un borrador de Real Decreto, pero la reforma que la Dirección General de Seguridad (DGT) quiere realizar en el Reglamento General de Circulación conlleva cambios importantes que afectan a los conductores y transportistas que realizan sus rutas por carretera.
El aspecto en el que se espera que se apliquen los cambios más importantes es el que se refiere a los límites de velocidad, que ya se había intentado cambiar en diversas reformas anteriores del Código de Circulación.
En esta ocasión, la propuesta más significativa pasa por aumentar la velocidad límite en determinados tramos de autovías y autopistas de 120 km/h a 130 km/h para automóviles y motocicletas, pero siempre que los paneles electrónicos ubicados en el vial avisen de que se dan las condiciones idóneas para ello.
Igualmente, se prevé reducir el límite en las carreteras secundarias cuya plataforma sea inferior a los 6,5 metros de anchura. Si hasta ahora se podía circular por ellas con una velocidad máxima de 100 km/h, de aprobarse la reforma, el límite estaría en 70 km/h o, incluso, en 50 km/h en caso de que no exista la marca longitudinal de separación de los carriles.
En las vías urbanas también se contempla reducir la velocidad –que actualmente se encuentra en 50 km/h en todos los casos salvo que las señales no especifiquen otro límite- hasta los 30 km/h en las calles de sentido único que sólo dispongan de un carril o en las de dos sentidos con un solo carril por sentido, y hasta los 20 Km/h cuando haya una única plataforma de calzada y acera.
Otra medida incluida en el anteproyecto alude a la eliminación de prácticamente todas las exenciones que hasta ahora se recogían respecto al uso del cinturón de seguridad. Este hecho obligaría a abrocharse el cinturón en cualquier circunstancia a taxistas, distribuidores de mercancías, conductores y pasajeros de los vehículos de emergencia e, incluso, a las personas discapacitadas o a aquellas que dispongan de un certificado médico de exención.
Y, por otra parte, y dado que es un aparato que emplean muchos transportistas tanto nacionales como internacionales para controlar su presencia en las carreteras y evitar multas, una de las propuestas que probablemente más les afecte sea la prohibición de los detectores de radares en los vehículos.
Unos detectores que, hasta ahora, estaban permitidos siempre que no incluyeran ningún mecanismo para inhibir la frecuencia –es decir, sistemas que interfirieran con las señales del radar para que éste no captarla la velocidad del vehículo- pero que, si finalmente se aprueba la reforma, deberán retirarse por completo.
Foto: Radio Taxi Mataró